La castellana es una serpiente mediana que puede alcanzar hasta un máximo de 138 cm, aunque en promedio la longitud de adultos está entre 60 y 70 cm. El cuerpo es robusto y posee una cabeza grande, bien diferenciada del cuello. La especie se caracteriza por su color dorsal rojizo-anaranjado, con una serie definida de bandas dorsales de color café a anaranjado. Dos líneas claras (cremas o blancas), bien definidas, se extienden desde la punta del hocico hacia atrás: una de ellas a lo largo de las supralabiales (escamas en el labio superior) y la otra a lo largo del canto de la cara hacia el cuello. Estas líneas le confieren un aspecto único a la cantil, que la hace fácilmente distinguible de otras especies de serpientes centroamericanas.

La cantil es una especie netamente terrestre, que usualmente se esconde en la hojarasca del bosque o cerca de troncos y raíces en el suelo de este. Se sabe que utiliza movimientos oscilatorios de su cola para atraer ranas, lagartijas y posiblemente roedores que constituyen buena parte de su dieta.

La especie se restringe en distribución al bosque tropical seco, desde el sur de México a lo largo de la costa pacífica de Centroamérica hasta el extremo noroeste de Costa Rica, donde se le conoce solo en las tierras protegidas por el Área de Conservación Guanacaste (ACG).